Una infancia sin dioramas

Mientras hacías más caligrafía que un escribano del antiguo Egipto, niños de medio mundo pasaban el rato haciendo dioramas, es decir, reconstrucciones en 3D de una escena determinada (con cartulina, pegamento y demás material), a modo de decorado teatral minúsculo.

Lo importante de estas pequeñas obras de arte, es que realmente capten el mensaje de aquello que representan.

Algunos conocimos su existencia cuando Bart destrozó el Diorama de Lisa, que representaba una escena de Oliver Twist, y nos lamentamos por ser “demasiado mayores” para eso.

El diorama de Lisa

Pero no tiene por qué ser necesariamente así.

Ya en los años 40 Frances Glessner Lee hacía unos dioramas monísimos para la policía de Baltimore en los que reproducía escenas de crímenes.

Pero basta ya de detalles escabrosos.

El cine también ha reflejado el “dioramismo” a través del personaje de Steve Carell en “Dinner for Schmucks”, una cena de los idiotas a la americana, en la que hace dioramas con ratones a los que llama “mouseterpieces”.

Aquí un “diorama-inception” en el que Steve Carell entrega a su vez un diorama a David Letterman.

Aquí un “diorama-inception” en el que Steve Carell entrega
a su vez un diorama a David Letterman.

¿Más? Aquí una galería con otros ejemplos de estas pequeñas obras de arte, algunas de las cuales pueden resultar familiares.